En la cúspide de esta noche
Que eterna parece
El olor a lluvia mi olfato penetra
Mi vista fijada en la proximidad del amanecer
Todos los sueños que parecían llegar a mis manos se están quebrantando
Como espejo golpeado, como vidrios reventados
Toda aquella luz y esplendor que algún día me iluminó hoy se siente sin llegar
Como enorme decepción que me exprime el alma
Que me frustra sin piedad
Que me acongoja sobre un océano de percepciones
En una cárcel de sentimientos encontrados
Que me pulsan aguja por aguja el corazón, destruyéndome en mil pedazos,
Abriéndome los ojos con pinzas que no podré cerrar y mucho menos ocultar,
Más difíciles de llevar que herida abierta, al aire expuesta
No sé si hoy me dejo caer al abismo, al agujero sin salida de esta vida enemiga
Que incesante me hunde en el más sollozo pensamiento,
En el remolino que me deja sin aliento
En aquél que revuelca todo lo que para algún día quise ser,
Todo lo que para un amanecer quise despertar siendo,
Y una vez más he vuelto a la realidad, mucho después de comenzar,
¡Cómo duele!