viernes, 12 de marzo de 2010

Sueños de futuro incierto, probablemente rotos.

En la cúspide de esta noche

Que eterna parece

El olor a lluvia mi olfato penetra

Mi vista fijada en la proximidad del amanecer

Todos los sueños que parecían llegar a mis manos se están quebrantando

Como espejo golpeado, como vidrios reventados

Toda aquella luz y esplendor que algún día me iluminó hoy se siente sin llegar

Como enorme decepción que me exprime el alma

Que me frustra sin piedad

Que me acongoja sobre un océano de percepciones

En una cárcel de sentimientos encontrados

Que me pulsan aguja por aguja el corazón, destruyéndome en mil pedazos,

Abriéndome los ojos con pinzas que no podré cerrar y mucho menos ocultar,

Más difíciles de llevar que herida abierta, al aire expuesta

No sé si hoy me dejo caer al abismo, al agujero sin salida de esta vida enemiga

Que incesante me hunde en el más sollozo pensamiento,

En el remolino que me deja sin aliento

En aquél que revuelca todo lo que para algún día quise ser,

Todo lo que para un amanecer quise despertar siendo,

Y una vez más he vuelto a la realidad, mucho después de comenzar,

¡Cómo duele!